
La tendencia a la contracción de actividades primarias, el incumplimiento de las exportaciones, los déficits productivos, y las adversas condiciones macroeconómicas junto al recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el Gobierno de Estados Unidos a Cuba están entre las razones por las que aún no se logra el necesario crecimiento de la economía cubana tras la pandemia de la COVID-19.

Al respecto informó el Ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, a los diputados reunidos este sábado en la última jornada del Primer Período Ordinario de la X Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP).
Manifestó que el Producto Interno Bruto (PIB) en el 2022 reportó un crecimiento del 1.8 por ciento, dado fundamentalmente por una gradual recuperación del turismo, el transporte, las comunicaciones y actividades sociales como Educación, Cultura y Deporte. No obstante, no se reportaron avances en actividades primarias como las relacionadas con la producción agropecuaria, la ganadería, la industria manufacturera, la actividad azucarera y el comercio.
Explicó el también vice primer ministro cubano que en comparación con el PIB del 2019, el año anterior a la crisis sanitaria provocada por la COVID-19, existe una diferencia de un ocho por ciento, por lo que hoy es notable la brecha entre las dos etapas.
Con respecto a la actual inflación comentó que tiene como punto de partida el propio déficit productivo, pues si “tenemos decrecimiento del comercio, de la industria manufacturera y disminuye la oferta de bienes y servicios, ello se expresa en la inflación por lo que tenemos que transformar las causas reales de este problema”.
Según lo expuesto, en los primeros cinco meses del 2023 la inflación acumulada alcanzó el 15%, y el mayor impacto estuvo en los alimentos, con un 22%.
Ante este panorama, Gil Fernández insistió en la importancia de las exportaciones para ingresar divisas y asegurar los niveles de actividad previstos en el plan de la economía y que se puedan poner los recursos de la producción nacional y del incremento de la producción alimentos.
Sin embargo, en el primer semestre del año se lograron mil 282 millones de dólares por concepto de exportaciones de bienes y servicios, solo el 35.7 por ciento del plan anual, lo que significó 94 millones por debajo de lo proyectado.
Entre los renglones con un favorable comportamiento en el quehacer exportable estuvieron el tabaco, el ron, algunos productos del mar y biofarmaceúticos, mientras el níquel, la miel, el carbón vegetal y el azúcar se reportaron entre los rubros incumplidos.
Con relación al turismo se comunicó que arribaron a la Isla un millón 309 mil visitantes, el 80% de lo previsto.
Del total de exportaciones generadas en el país, las Mipymes acumularon 6 millones de pesos 325 mil dólares, principalmente de carbón vegetal que anteriormente se exportaba por entidades estatales, por lo que no se considera un ingreso adicional.
En cuanto a las importaciones, al cierre del semestre se registraron 4 mil 368 millones de dólares empleados fundamentalmente en alimentos y combustibles, y en este asunto el titular planteó que todo lo que se haga para producir alimentos en el ámbito nacional se revertirá en más comida para el pueblo, y a la vez, devendrá ahorro de divisas para el país, y de igual manera ocurrirá si se aprovechan de mejor manera las fuentes renovables de energía disponibles en la nación.
Sobre el sistema empresarial destacó el predominio de la empresa estatal socialista como principal actor económico, toda vez que por esta vía se aporta el 92% de las ventas netas, el 75% de las exportaciones de bienes y servicios y el 87% del PIB (incluidos los sectores de la educación y la salud pública).
Un total de 16 mil entidades conforman en Cuba el sistema empresarial dedicado a la producción de bienes y servicios, y de ese universo 2 mil 422 son estatales, 8 mil 590 Mipymes privadas, 5 mil 138 formas cooperativas, y 103 empresas mixtas. De las estatales mil 874 son empresas, 270 sociedades mercantiles de capital 100% cubano, 159 empresas filiales y 199 Mipymes.
En relación con las Mipymes, Gil Fernández refirió que al cierre de los primeros seis meses de este año hubo importaciones por 246 millones de dólares, en su mayoría de bienes terminados y no de materias primas para la industria manufacturera nacional, por lo que llamó a analizar y a revertir tal situación a partir de incentivos como políticas fiscales y tributarias que motiven la importación de insumos, y con ello se estimule la producción nacional, se aprovechen capacidades instaladas en estos momentos ociosas, se abaraten costos y, por tanto, bajen los precios.
En medio de la compleja situación, con insuficiencia de divisas y de recursos materiales, el país apuesta por no detenerse y en correspondencia con el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030 se ejecutan inversiones en sectores como el Hidráulico, el Energético, la Industria Alimentaria, la Biofarmaceútica, la Vivienda y otras esferas de impacto social.
Además, continúa como una prioridad la atención a las personas, familias y comunidades en situación de vulnerabilidad con la proyección de eliminar los tratamientos igualitarios y concentrar la asignación de los recursos en quienes realmente los necesitan.
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