Desde el Capitolio Nacional, reclamo unánime por el fin del bloqueo

Desde el Capitolio Nacional, reclamo unánime por el fin del bloqueo
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Antonio Hernández Mena

Alumnos como los del profe Néstor, vecinos como los de Giovany en La Habana Vieja y electores como los de Niurka en el consejo popular Pilar-Atares del Cerro, coinciden en su día a día en una dolorosa y cruda realidad.Todos crecieron, e incluso muchos nacieron, bajo el impacto de una inhumana política de bloqueo estadounidense contra la Isla, que por más de 60 años ha marcado, para mal, a sus vidas, solamente por ser cubanos.

Sus historias, muy ciertas y comunes, conmovieron al auditorio que este jueves compartió en el Capitolio Nacional con Carlos Fernández de Cossío, viceministro de Relaciones Exteriores.

Y es que «la Revolución Cubana es el mayor y más prolongado desafío para el imperialismo en este continente, y lo es porque no nos hemos dejamos doblegar por un país imperialista cuya naturaleza es hegemonista», aseguró en sus palabras.

Al intercambiar con delegados de circunscripciones capitalinas criterios, cifras y datos actualizados sobre el sensible tema, expresó que  «en los últimos 64 años el bloqueo es uno de los tres pilares que se ha mantenido constante hacia la Mayor de las Antillas». En este sentido, añadió que es, además, acompañado de constantes campañas de subversión política que se financian con decenas de millones de dólares cada año, y en tercer lugar incluyó las campañas de descrédito desde Estados Unidos, financiadas por el Congreso.

«El bloqueo es una herramienta de agresión, es un instrumento de coerción económica con fines políticos y el objetivo es doblegar nuestra voluntad, e imponer en la nación el imperio y los intereses del norte; o sea, negarnos el derecho soberano sobre el destino de nuestro país, imponer sus deseos y aplastar la libre determinación de Cuba, como un cuestionamiento a los derechos soberanos», enfatizó.

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Desde el Capitolio Nacional, reclamo unánime por el fin del bloqueo

En el encuentro desarrollado en el Capitolio Nacional, bajo la conducción de Jesús Mora, director de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular, dijo que es por ello que los que nacimos aquí debemos hablar de bloqueo y no de embargo como quieren muchos hacer ver.

«Históricamente el Derecho Internacional identifica al embargo cuando un país se niega a comerciar determinados productos durante un período específico con otro Estado, o incluso cuando se niega a cualquier relación financiera con gobiernos, pero ese no es el caso.En este particular, Estados Unidos, además de negarse a comercializar, además de negarnos o de privarnos de la posibilidad de alquilar o adquirir insumos, tecnología, financiamiento, productos fabricados por ellos y de anular la posibilidad de importar desde aquí; persigue sabotear o impedir esa relación comercial justa y libre de nosotros con cualquier otra nación».

Fernández de Cossío fue claro y enérgico en sus reflexiones: «esa política es la que ha primado desde 1960 hasta el día de hoy, cuando vemos cómo, con el respaldo de las redes digitales, tratan de alimentar en el pueblo  esos sentimientos de desesperación, de irritación y de oposición a los dirigentes, de culparlos por los problemas y carencias que sufre la sociedad».

Más adelante, compartió con los delegados cómo ante ello el bloqueo ha fracasado en su objetivo esencial, pues a pesar de provocar la escasez, de provocar problemas en la alimentación, en los servicios, en la salud, en la educación, en el transporte, en el deporte, y en la economía de manera general; no ha sido capaz de doblegar nuestra voluntad.

«El objetivo final del bloqueo, que es doblegar la voluntad de los cubanos para imponer los caprichos del imperialismo en nuestra tierra no se ha podido cumplir», aseveró el Viceministro de Relaciones Exteriores.

No obstante, agregó como otros palpables impactos la imposibilidad de cumplir con los compromisos financieros con países amigos, al cortarse las vías bancarias por las cuales podamos hacer efectivos los pagos; impedir cobrar por los servicios que prestamos por no encontrar la ruta o mecanismo de realizar la liquidación a quienes acceden a nuestros servicios.

Ante ello, y casi al cierre de la actividad, los presentes se centraron en una interrogante: ¿por qué hemos sido capaces de resistir a tanta injusticia?

Las respuestas no se hicieron esperar: porque tenemos fortalezas importantes y entre ellas la justicia social que garantiza el sistema social que defendemos y por el cual apostamos siempre.

Las valoraciones de Carlos Fernández de Cossío resultaron esclarecedoras. «No es lo mismo enfrentar una realidad como esta cuando hay un empeño del Estado en asegurar las necesidades de la población,cuando se cuenta con servicios gratuitos para todos; que si esto sucede en una economía más desarrollada, pero donde los ciudadanos no tienen esa garantía, ni aseguramientos, que más que esos son privilegios que en buena medida tienen los cubanos siendo un país subdesarrollado».

En este punto resaltó «ha sido el socialismo el que nos ha permitido resistir y que el objetivo fundamental y primario del bloqueo, que es crear un grado de irritación y desesperanza que condujera a la destrucción de la Revolución no haya prosperado».

«Nos corresponde a los revolucionarios entonces seguir denunciando el bloqueo, todas las veces que podamos y de todas las manerasque podamos, con nuestras historias y vivencias, y asimismo seguir trabajando con unidad, con creatividad, con sabiduría, en función de la unidad nacional», concluyó.

 

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