Para transformar los IPVCE hay que estar dispuestos a hacer un cambio en grande. Sólo eso traería una mejora significativa. Hagamos que los IPVCE sean diferentes. Actualmente se estudia el mismo programa que Preuniversitario, algo que no deja lugar a muchas libertades en cuanto a las áreas de interés de cada individuo. Entiendo que se considera que todo el programa ayuda en la formación del individuo, pero creo que este proceso debería potenciarse en las secundarias y hacer que el IPVCE sea un centro de estudios, no un lugar donde te impongan lo que tienes que estudiar. Sugiero, por ejemplo, que todos los días se de un turno de cada ciencia, pero que el resto del día se concentre en una sola ciencia, y los alumnos pueden decidir a cuál de las ciencias dedicarse. Podría también orientarse un día únicamente para las letras, lo que sería también de elección de cada uno en cuál quieren estar. Esto sería algo sumamente saludable, ya que veremos a nuestros estudiantes verdaderamente apasionados en lo que hacen, en vez de estar preocupados por una asignatura que ni les interesa y que tienen que dar porque no hay más remedio. Hagamos del estudio un placer, una elección, no una esclavitud.
Para transformar los IPVCE hay que estar dispuestos a hacer un cambio en grande. Sólo eso traería una mejora significativa.
Hagamos que los IPVCE sean diferentes. Actualmente se estudia el mismo programa que Preuniversitario, algo que no deja lugar a muchas libertades en cuanto a las áreas de interés de cada individuo.
Entiendo que se considera que todo el programa ayuda en la formación del individuo, pero creo que este proceso debería potenciarse en las secundarias y hacer que el IPVCE sea un centro de estudios, no un lugar donde te impongan lo que tienes que estudiar. Sugiero, por ejemplo, que todos los días se de un turno de cada ciencia, pero que el resto del día se concentre en una sola ciencia, y los alumnos pueden decidir a cuál de las ciencias dedicarse.
Podría también orientarse un día únicamente para las letras, lo que sería también de elección de cada uno en cuál quieren estar.
Esto sería algo sumamente saludable, ya que veremos a nuestros estudiantes verdaderamente apasionados en lo que hacen, en vez de estar preocupados por una asignatura que ni les interesa y que tienen que dar porque no hay más remedio.
Hagamos del estudio un placer, una elección, no una esclavitud.