Caía la tarde en San José de las Lajas y el barrio parecía más activo que nunca. Personas agrupadas a ambos lados de la calle en la comunidad en transformación El Guayabal, en el consejo popular Jamaica, aguardaban entrañablemente por un «invitado especial», que había prometido llegar este viernes hasta esta localidad.
Como un comunicador natural, indagando por la participación de los pobladores en las labores desarrolladas, saludando a todos los presentes, apareció entre la multitud Esteban Lazo Hernández, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular y del Consejo de Estado.
En esos instantes, quienes observábamos los acontecimientos, pudimos vivir la esencia misma del poder popular, poder del pueblo materializado en las vivencias, el esfuerzo, la participación de esos protagonistas de los cambios fehacientes en cada rincón del lugar.
Los minutos pasaron demasiado aprisa en El Guayabal. No obstante, la multitud creció, lo rodeó y escuchó atentamente. Los más jóvenes se acercaban y filmaban con su celular, con la atención de quien escucha la voz de la experiencia de años de entrega a la Patria. Los niños pequeños contaron cómo iban sus estudios y por qué razón consideraban que ellos podían ser algún día como el Che. Reflexionaron, rieron y se tomaron fotos junto al Presidente Lazo.
Y el tiempo siguió avanzando entre anécdotas de la vida, episodios de la historia patria, experiencias para fortalecer cada día la labor en el barrio y el trabajo comunitario integrado, y para crecernos ante los desafíos presentes y futuros. Cada vez iban sumándose más personas a aquella emotiva conversación…
Cuando todo parecía terminar, oscureciendo sobre este sitio, un vecino y un colaborador universitario lo invitaron a ver el barrio. Y caminó las calles de El Guayabal, como las recorre un vecino más.
De la mano de los más pequeños entró al parquecito infantil, creado con el aporte y la dedicación de la comunidad, para esos a quienes José Martí llamó un día «la esperanza del mundo». Visitó el remozado consultorio médico y, rodeado de pueblo, completamente a oscuras, culminó el trayecto frente a la nave dedicada a la cría de gallinas.
Porque la transformación aquí va más allá de lo material y espiritual, y sus vecinos ya se proponen avanzar en la producción de los alimentos que demandan.
Ante los habitantes y las máximas autoridades provinciales y municipales, a la luz de varios celulares, Esteban Lazo les dijo: «al ver estas obras, lugares como este, la alegría es inmensa. Aquí hay espíritu de lucha y de combate. Sigan con este empuje y sean sistemáticos en lo que han venido haciendo».
Queda aún mucho por delante, pero ese amor de pueblo ha ido, poco a poco, engendrando la maravilla en este barrio bonito de San José de las Lajas.
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